Hoy debía empezar esta nueva trayectoría de Entrelazadas, ese espacio donde se narraría la más bella historia de amistad jamás contada y aun estando comprometida con un gran escritor como es Diego Belfort no encuentro el cabo por donde comenzar.
Anoche, desvelada, me acordé de un episodio que nos sucedió donde las risas y las alegrías bañaban nuestros momentos.
Sin embargo, el dolor que me produce recordar el trágico final limita la lluvia de ideas y me genera una ansiedad que me borra la ilusión.
Entre palabras y borradores comienza la odisea de este sueño, sería mi tercer libro. Guiada por el dolor de su ausencia me debato entre la pena y la carcajada arrancada al revivir los momentos que una vez eran habituales mientras una conocida canción ameniza mis entrañas.
Sin querer empezar creo haber escrito el prologo de mi propia novela.
Será de amor, de odio, de rencor, de amistad.... no sé, solo sé que es verdad.