Curiosamente tengo una preciosa historia que sufre descarriles justo en Mayo.
Un Mayo brotó con la fuerza un huracán y un Mayo después la misma fuerza la apartó de mi.
Si las cuentas no me fallan, este es el tercer fatídico mes y ahora ni fuerza, ni huracán, ni nada.
El año pasado tal día como ayer, nuestra historia de amistad llegaba al fin. Como todo, posteriormente hubo conatos (deseos) de reconciliación. Más que llegar a una solución, empeoraron de tal forma que ya ni nos miramos.
Sé que justo era el 31 de Mayo porque era el último día de colegio por la tarde.
Para celebrar dicha fecha saqué a su hija a comer fuera del colegio y entre muchas lágrimas me pidió que la llevase a su casa junto con una amiga "cargada" de bolsas.
Así hice pues adoro a esta niña. Llegué a su casa sin intención de nada. Las dejé, me marché, me arrepentí y volví.
Le pedí a su madre tomar café. Por la hora, todo estaba cerrado así que nos quedamos en su casa, en su cuarto, y allí hablamos.
Lo que sucedió después, aunque puedo pensar, casi asegurar, que ella no lee este blog, prefiero no contarlo por aquí.
Este se convirtió en nuestro lugar de encuentro muchas madrugadas, es por ello que le debo su respeto.
Ahora, justo un año después, ya ni nos vemos, ni Whatseamos, ni nada, sin embargo, yo sigo recordando muchos instantes de aquella historia y hoy le ha tocado a la "escena del armario".
Algún día, quizás en un blog nuevo, desconocido, relate" la más bellas historia de amistad jamás contada", como nosotras le llamábamos.
Hoy día de duelo y oración.
Es una pena amiga... pero ahora sólo quedan aquellos lindos recuerdos que por cierto tú valoras mucho más que ella quizás y eso te hace diferente. Viviste momentos lindos y ahora es triste pero si ya se fue de tu lado, esos momentos lindos los volverás a tener aunque quizás en un futuro no muy lejano y cuando llegue ese día volverás a vivirlo de manera intensa que verás que si "podias volver a vivirlo así"...
ResponderEliminarRecibe un gran abrazo a la distancia (espero que eso reconforte).
Ahora he decidido "ABRAZAR!!!"
ResponderEliminarLa verdad es que me reconfortan bastante. Si volveré a tener esos momentos pero me duele muchísimo. Jamás tuve un problema con mis amigas. Es más, mis amigas son parte de mi familia. Reconozco que en momentos claves las he tenido a ellas y nunca a mis padres o hermanos. Ahora tengo mi propia familia, donde vuelco cada uno de mis sentimientos. Aún así,el perder esta relación y de la forma tan drmática com fue ha dejado una huella horrible. Es más, aún no puedo decir cicatriz porque sigue sangrando.
ResponderEliminarAlgún día,(creo que esto ya lo he escrito antes), contaré toda esta historia que, si no fuese por el final, sería una verdadera novela de amor, amistad, protección y entrega.
Mil gracias,amigo.
No dudo de todo lo que dices amiga... una herida no se cura en meses, peor si ha habido un cariño de "amigos" que considero que es lo más grande que puede haber. Yo perdí hace 12 años a mi mejor amigo (murio) y hasta ahora lo recuerdo con mucho dolor, pero fue algo muy drástico y han sido años difíciles de superar... Sé que no va haber cicatriz todavía, pero hay que ir curando de poco esas heridas... y con el apoyo de tu familia y amigos que todavía quedan (hay que aprovechar lo que quedan) irá pasando. Ya lo verás.
ResponderEliminarUn abrazo!
Bonitas palabras. Siento lo de tu amigo.Ella no murió, se fue, asegurándose de dejar la puerta bien cerrada y arrojando la llave al mar.
ResponderEliminarAmiga eso es lo que una persona dolida intenta hacer, pero te aseguro que en unos años se dará cuenta en su propio entorno la sinceridad de tu amistad y quizás nunca más te hable pero algún día te dará la certeza de que tú significaste mucho para ella. Todas las personas con las que hacemos amistad, nunca se van así sin más... siempre quedará el mejor recuerdo de esa amistad por más de que se haya terminado de la peor manera. Cosa que no sucede como en el amor.... Pero no te preocupes que ella cerro su puerta y tú no hagas lo mismo, aseguirate de que el momento en que alguien toque tu puerta, saber dónde está tu llave para abrir (esta vez con cuidado), pero nunca actúes igual.
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