Una fecha comentada en los telediarios. Una cita preparada y un pen que no abría.
Angustiada por la posible incontinencia oral recé, entré y me senté.
Hablamos, reímos y casi lloramos.
Aclaramos todo, miles de palabras y sentimientos brotaron de mi dolor y anidaron en su razón.
Cada cosa en su momento y había llegado el mio.
Hablamos sin ira y sin rencor, con alma de amigas. Nos sentimos arropadas y escuchadas, quizás queridas.
Yo sentí Su ayuda, la ayuda de quien tanto había invitado a venir.
Salimos abrazadas y desayunadas, en alma y también en cuerpo.
Benditas palmeritas que endulzaron la jornada.
La próxima más pronto, que me desespero.
Mil gracias. Estas oportunidades temporales me lanzan la alegría al cielo.
Por cierto........
¿Has comprado ya el árbol de Navidad?
Nosotros...... Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
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