Creo haber encontrado esta madrugada el sentido de mi dolor.
No entiendo/entendía porque, teniendo a la persona por la que sufro de mi parte y ansiosa por retomar nuestra amistad, me mantenía lejos de cualquier posibilidad de reconciliación.
Es cierto, quisiera volver a compartir, soñar, jugar, hablar, etc con ella y sin embargo un saber que desconocía me impide hacerlo.
Quiero que suene el teléfono, señal de que quiere algo de mi, y a la vez le pido no volver hacerlo nunca.
Esta dualidad me creaba un conflicto mental desesperante e indescriptible.
Sin embargo, algo ha cambiado hoy en mi.
Para poder hacer el esquema mental más claro, aun sabiendo que no es lo correcto, lo situaré como si se tratase de dos personas, o de un trasplante de cuerpo.
Es decir, la amiga con la que compartí todo un año y poco es la que quisiera recuperar. La persona que ahora habita en su cuerpo y que desconozco ya no me aporta nada o por lo menos no lo sé.
Puede ser, y seguro será, que esta "nueva persona" sea mejor que la anterior pues la experiencia de la vida nos cambia y siempre para bien pero la frustración y el desengaño con su igual en imagen crea una barrera indestructible.
Es más, se hace extensible a sujetos de otras facciones pues he conocido a una persona muy sociable y lo primero que he pensado es: "Ni se te ocurra darle el teléfono que ya tenemos bastante" además....... ya lo tenia con WatsApp y todo.
Esta madrugada, chateaba con otra nueva amistad madrugadora y pensé que podría ser mi amiga en cuestión como hace tiempo, antes de que descubriese que odia chatear (nunca olvidemos que fue ella la que me inicio en este arte) pero..........................
¿Dónde esta aquella amiga?
linda entrada... fue la que me gusto mucho, porque me identifique bastante y casi en cada frase... La vida es muy dura y sucede tan rapido que los cambios nos toman (pareciera) de sorpresa. Sólo nos queda seguir adelante. Alguna vez escribí algo así: "no es hora de volcar la página, es hora de cerrar el libro".
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