jueves, 10 de mayo de 2012

Hablemos claro

Ayer pude hablar claro.
La verdad es que yo siempre quiero hablar claro ya que aquellas ocasiones en las que no puedo hacerlo prefiero callarme.

Me ha costado años aprender a cerrar la boca y siglos aprender a no  poner caras. En cierto modo estoy arrepentida de este aprendizaje pues lo he llevado a tal extremo que ahora pierdo oportunidades.

Pero hablar claro me apasiona.

Así que, ahora ya no tengo tiempo, pero en mi próxima entrada voy a hablar de la "gente mala".
Aquellas que disfrutan haciendote daño como juego o para conseguir un beneficio.
Yo conozco varias y, no nos engañemos, son malas.

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